Esta condición está comúnmente causada por un trombo oclusivo en un vaso coronario, dando lugar a una oclusión completa del suministro de oxígeno en una parte del miocardio que resulta en necrosis del miocardio (muerte del músculo cardíaco). La incidencia de SCACEST aumenta con la edad. El diagnóstico se puede realizar a partir de la evaluación de los síntomas, un ECG y una analítica sanguínea. Los marcadores cardíacos se elevarán unas horas después del SCACEST y se mantendrán altos durante 7-10 días. La ecocardiografía mostrará una reducción del movimiento ventricular como signo de isquemia o necrosis y la angiografía coronaria indicará el grado de oclusión de las arterias coronarias.
Signos y Síntomas
- Los pacientes suelen presentar dolor torácico, que es retroesternal y no cede con los nitratos.
- Las náuseas y los vómitos son comunes y el paciente puede presentar sudoración.
- Existe riesgo de muerte súbita después de un SCACEST tras las primeras horas debido a arritmias graves, insuficiencia cardíaca, shock o ruptura del músculo cardíaco. La arritmia más peligrosa es la fibrilación ventricular.
- Frecuentemente el paciente describe una abrumadora sensación de fatalidad y temor a morir.
- Las consecuencias de un SCACEST a más largo plazo incluyen ansiedad y depresión, alteración de la autoestima, preocupación laboral y familiar, miedo al futuro, etc.
Si la revascularización mediante intervención coronaria percutánea (ICP) no está disponible, los pacientes deben ser tratados con terapia trombolítica (medicamentos que destruyen los coágulos) en los primeros 30 minutos desde el inicio de los síntomas. La revascularización con terapia trombolítica disuelve el trombo para restablecer el suministro sanguíneo en la zona dañada, disminuyendo la isquemia y preservando el miocardio.
Tratamiento médico
El daño tisular se produce en las primeras 4-6 horas del comienzo del dolor precordial. Por tanto, es importante que el paciente reciba terapia de revascularización para reabrir los vasos sanguíneos y reducir la extensión del daño en el miocardio. El retraso en el tratamiento aumenta la morbimortalidad. El ingreso hospitalario rápido permite la revascularización mediante ICP y esto debe llevarse a cabo dentro de los 90 minutos de la llegada al hospital.
La revascularización con ICP sirve para reabrir una arteria coronaria ocluida con un catéter. Se accede tanto por la arteria radial y como por la femoral. La arteria radial se asocia con menos complicaciones, pero es más exigente técnicamente que la arteria femoral. Un globo se infla en el interior del área ocluida de la arteria, el vaso se expande y un stent se inserta en el área, para mantener el vaso abierto y para prevenir la reoclusión (NICE, 2013).
Si el paciente no está preparado para la ICP debe ser tratado con terapia trombolítica dentro de los 30 minutos del inicio de los síntomas. La revascularización con la terapia trombolítica consiste en disolver el trombo de manera que se incremente de nuevo el suministro de sangre a la zona dañada, reduciendo el daño isquémico y preservando el miocardio.