En el siguiente enlace está disponible una guía sobre el manejo del paciente con insuficiencia cardíaca aguda:
Medicamentos a utilizar en la insuficiencia cardíaca
Es importante evaluar qué tipo de insuficiencia cardíaca presenta un paciente y realizar un ecocardiograma antes de comenzar la administración de fármacos.
En todos los tipos de insuficiencia cardíaca está indicada la prescripción de los siguientes medicamentos:
- Diuréticos. Se recomiendan para aliviar síntomas congestivos y la retención de líquidos, aumentando la dosis o disminuyéndola según se presenten los síntomas.
- β-bloqueantes. Se recomiendan para todos los pacientes con disfunción sistólica ventricular izquierda, a menos que esté contraindicado por asma o broncoespasmo. La caída del gasto cardíaco causada por la insuficiencia cardíaca, activa una respuesta dirigida a elevar la presión arterial con el fin de asegurar la perfusión de los órganos vitales. Esta se produce a través del sistema adrenérgico, evidenciando resultados de la estimulación en la vasoconstricción periférica (↑ postcarga). Además se produce un aumento de la frecuencia cardíaca y la contractilidad miocárdica. La resistencia periférica significa que el corazón tiene que trabajar más, generando más estrés en la pared ventricular. Un aumento de la frecuencia cardíaca significa que el llenado de los ventrículos y las arterias coronarias es menos eficiente.
- Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECAs) y los antagonistas de los receptores de angiotensina (ARB) actúan bloqueando los efectos del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA). Este sistema (SRAA) se activa por una caída repentina de la tensión arterial o por una disminución brusca del volumen circulante (hemorragia) para preservar el flujo sanguíneo a los riñones. Cuando el corazón empieza a fallar, la reducción del gasto estimula la activación del SRAA porque habrá menor circulación sanguínea a los riñones. El SRAA actúa rápidamente para aumentar la tensión arterial y retener sal (Na) y agua (H2O). La renina actúa sobre la angiotensina para producir angiotensina I. Esta se convierte en angiotensina II, un vasoconstrictor que produce un aumento en la tensión arterial y libera aldosterona, que fomenta una reabsorción de sodio y agua. La aldosterona puede también ser perjudicial porque produce fibrosis miocárdica. La hormona antidiurética también se activa, produciendo vasoconstricción y retención de agua y sodio. Inicialmente, el efecto es el de aumentar el gasto cardíaco por un espacio de tiempo corto, ya que el incremento de volumen de líquido significará que el corazón tiene que trabajar más, lo que al final afectará a su función.
Adicionalmente, se pueden prescribir a los pacientes con insuficiencia cardíaca:
- Anticoagulantes
- Ácido acetilsalicílico
- Agentes inotrópicos intravenosos, utilizados a corto plazo
Enlaces
En este enlace podrá acceder a una guía sobre los medicamentos utilizados en la insuficiencia cardíaca en idioma español:
A continuación la guía NICE (2010) sobre medicamentos en la insuficiencia en inglés:
Promoción del autocuidado del paciente
“El autocuidado personal es la responsabilidad que los pacientes asumen cuando se trata de mantener su estabilidad física, evitando acciones que agraven su condición, reconociendo los síntomas de empeoramiento y siguiendo el tratamiento médico» (Eikeland MCA. en Almås et al. 2010, p. 229).
Para garantizar la atención, el profesional de enfermería debe facilitar a los pacientes y a sus familias la siguiente información:
- Información acerca de la enfermedad y tratamiento, síntomas, actividades diarias y tratamientos médicos.
- Orientación sobre los medicamentos, sus efectos y efectos secundarios.
- Orientación sobre el tratamiento no farmacológico: dieta baja en sal, peso diario, actividad física, consumo de alcohol, información al viajero, vacunación, tabaquismo y actividad sexual.
- Información sobre cómo buscar ayuda si hay algún cambio en su estado de salud.
- Si es posible, acudir a la consulta de enfermería especializada en insuficiencia cardíaca para el seguimiento y educación permanente. La evidencia científica demuestra que existe un aumento de la supervivencia, una mejora en la calidad de vida y una menor tasa de hospitalización en pacientes que cuentan con el apoyo de una enfermera especialista en insuficiencia cardíaca. (Eikeland MCA. en Almås et al. 2010, p. 229).